Bueno, dejando a un lado mi pereza, pues todos los días desde que he llegado (en realidad el domingo y ayer) me lo propongo pero luego no lo hago, paso a relataros que yo en mis vacaciones también he incluido una ‘anécdota-aventura gatuna’. Y me ha venido genial porque me fui de aquí bastante baja de moral y necesitaba amor-gatuno a tope… Al final, sin buscarlo… apareció!!
Resulta que nada más llegar me comentó mi madre que llevaban días sin dormir (mi hermana y ella) porque había un gatito que no paraba de maullar día y noche en la calle. El pobrecito por lo visto había sido abandonado y estaba bastante débil y descuidado…
El primer día que lo vieron el pobrín iba dándose cabezazos contra todo: contenedores, acera, … Casi no podia ni andar de lo débil que estaba. Se estaba, literalmente, muriendo de hambre.
A mi madre le dio mucha pena y empezó a ponerle comida y agua. Total, que el animalillo se ‘instaló’ enfrente de nuestra casa, debajo de un coche que había aparcado. Tenía una farola a un lado donde mi madre le ponía el agua y la comida, y un arbol al otro lado donde hacía sus cositas y las enterraba (callejerito sí… pero muy limpio él!!).
La primera noche que llegué (todo esto me lo habían contado), evidentemente lo primero que hice fue salir a verlo, pero no aparecía. Al final fue sacarle jamón york… y ale, por arte de magia salió el muy goloso!! Es muy chiquitín, apenas tendrá dos meses si llega. Jo, yo nunca había estado en esa situación y me dio una lástima horrible, casi se me saltan las lágrimas al ver lo flaquito y sucio que estaba… No se dejaba tocar ni de coña y en cuanto te acercabas se largaba.
Yo le empecé a comer la olla a mi madre: pobrecito, qué va a hacer en la calle, ahí no va a durar mucho, por qué no te lo quedas… Pero mi madre no quiere ni oir hablar de animales en casa. Nunca le han gustado… y no hay más que hablar!!
Yo sabía que iba a ser un hueso duro de roer pero seguí intentándolo. Con los días el gato empezó a acercarse más a nosotras, porque le poníamos la comida todos los días y nos cogió ‘algo’ de confianza. Una noche yo quise cogerlo para ‘demostrarle’ a mi madre lo cariñoso que seguro que era… ingenua de mí!!! Se puso como un loco, me bufó, me arañó… y el pobrecito se me cagó encima… Estaba aterrado.
Me asusté un montón por si el pobre ya no volvía y yo había metido la pata, pero… lo que hace el hambre… ya te digo que si volvío!!
Total, que fue cuestión de días que el pequeñín se ganara el corazón de mi madre, tampoco hizo falta que yo insistiera mucho… Fue ella misma la que le miraba esos ojitos tristes todas las noches y empezaba a decir: jo, y el pobrecito qué va a hacer en el invierno;… .y cuándo quiten este coche de aquí a dónde irá… Total, que entre sus reflexiones en voz baja, y mis palabras en voz alta… el gatito ya vive con ella!!!
De momento en el garaje y en el patio, no le deja entrar en casa… Pero ya es algo!!
Y, sin más dilación, os presento al protagonista de esta historia!!
Por cierto; se llama TRUFA (porque es una trufita de chocolate blanco)!! Ah, y la segunda parte es que una vez que le hubimos ‘capturado’ e instalado en la cochera, con su cestito para dormir, su arenero, etc… es el gatín más cariñoso del mundo!!! No solo ya no se asusta, sino que se deja acariciar y coger encantado!! El primer día que me atreví a volver a cogerlo se me durmío en el hombro… Es un saco de mimos y de ronroneos!!!
Bueno, ahí va mi pequeño, mi valiente… Cuanto le echo de menos ya!!!