Este pequeño ha sufrido ya demasiado, se merece a partir de ahora una familia que le ame y cuide de él para siempre.
Está asustado, pero gana confianza a cada pasito. Aún no se deja tocar, pero sólo bufa cuando nos acercamos demasiado, a saber qué ha pasado el pobre pequeño… Nosotros le demostraremos que nunca, nunca más volverá a sufrir, no puede estar en mejores manos que en las de Baldor, le sobra paciencia y ternura, así que en unos días al veterinario y a seguir socializando. Un poquito de tiempo y tendremos otra joya en adopción.
Echad un vistazo a su album, no tiene desperdicio…