Adoptamos a Sam en abril, para que le hiciera compañía a Ringo y vivieran en el campo de mis suegros manteniendo a raya a roedores y demás. Ringo se fué y no ha vuelto y Sam se ha venido de nuevo al piso pero para quedarse definitivamente. Esta es mi naricita rosa, señoritinga y “déjame-que-duerma-a-mi-bola-no-me-achuches”:
El día que la trajimos, Ringo dándole un sobo de miedo:
Esto era amor desde la adolescencia:
Qué mijitita era:
Qué le ha gustao siempre un vaso a esta gata, a día de hoy sigue viniendo a nuestra mesa y le tenemos que poner un vaso de agua a ella, aunque lo único que hace es marranearlo
Se iban haciendo grandes:
Y Sam hoy en día, cerquita de mi pc: